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صورة الكاتبMohamed Gomaa Tawfik

Del árabe al español: Antología poética de Duaa Wasfi Al-Bayatnah

تاريخ التحديث: قبل يومين






Mohamed Gomaa Tawfik escribe |                                               


Por lo general, cuando termino de leer un texto literario con el propósito de traducirlo al español —una lengua que corre por mis venas como la misma sangre—, empiezo la labor de traducción con dedicación. Intento, en la medida de lo posible, transmitir sus significados implícitos y su lenguaje original, preservando la estructura y el ritmo de su idioma base, mientras infundo en él la elegancia inherente a mi amada lengua árabe.

 

No imaginé que alteraría mis habituales métodos de traducción. Después de una primera lectura de los poemas de Duaaa Wasfi Al-Bayatnah —de raíz palestina— que duró horas ininterrumpidas, no solo busqué comprender los significados, sino que analicé la composición de sus versos, la selección de sus palabras, y me detuve en cada línea poética, intentando captar un pasado histórico y una realidad contemporánea dolorosa que coexisten en un equilibrio cósmico. Además, me encontré imaginando decenas de historias ocultas entre los pliegues de sus letras.


Por momentos, uno siente que está sentado en una sala de cine, observando una película premiada con un Óscar o un Goya, que combina historia, fantasía mágica y realismo. Con unas gafas 3D puestas, te sumerges en las escenas y narraciones, soñando dentro de sus secuencias, hasta que de repente termina la proyección con las últimas palabras del poema. Aunque debes abandonar la sala, lo haces a regañadientes, no para regresar a casa, sino para volver a la taquilla y revivir una y otra vez esa experiencia.

 

Nuestra poetisa destaca por un estilo único que combina profundidad espiritual con misterio literario, otorgando a sus textos una atracción especial que invita al lector a explorar las múltiples capas de significados presentes en su obra. Su destreza para emplear un lenguaje rico en vocabulario e imágenes refleja una vasta experiencia en la expresión poética y una habilidad para plasmar sus emociones con una elocuencia y una sofisticación extraordinarias. Además, su capacidad para seleccionar cuidadosamente palabras clásicas que intensifican la carga emocional de sus versos convierte sus poemas en un reflejo de viajes internos profundamente personales, pero que al mismo tiempo logran tocar la sensibilidad universal.

 

En sus escritos, Al-Bayatnah aborda temas humanos universales como el amor, el dolor, la pérdida y la búsqueda de la identidad con una sensibilidad única que permite al lector conectar con su experiencia poética. La estructura de sus versos refleja un equilibrio entre modernidad y clasicismo, mientras que el uso de símbolos y metáforas añade una profundidad visual e intelectual que enriquece su mensaje. En cada poema de esta exquisita selección poética, se percibe una intención clara de desafiar las percepciones convencionales. A través de su voz, no solo refleja su mundo interior, sino que también busca provocar una reflexión profunda en el lector.

En esta colección, Al-Bayatnah encarna magistralmente el uso de símbolos eternos de nostalgia y anhelo, transportando al lector a un espacio donde lo terrenal se encuentra con lo celestial. Mediante una serie de metáforas que juegan con la luz y la sombra, la poetisa crea atmósferas que invitan a la introspección sobre el paso del tiempo y la fragilidad de la existencia. Su elección de palabras precisas, con una tonalidad casi mística, sugiere que el lenguaje no es solo un medio de comunicación, sino una barrera que resguarda lo inexpresable.

 

Al-Bayatnah emplea un lenguaje deliberadamente sencillo pero profundamente eficaz. A través de imágenes realistas de objetos cotidianos que vemos en la vida diaria o en la televisión, simboliza los obstáculos emocionales y los flujos ocultos de sentimientos que inundan el alma humana. La poetisa juega con contrastes entre solidez y fluidez, entre silencio y ruido, destacando su habilidad para capturar las tensiones y contradicciones esenciales de la experiencia emocional.

 

En su representación del entierro de un mártir, el lector se encuentra siendo parte de los dolientes y, sin darse cuenta, experimenta los sentimientos del propio mártir, como si estuviera dentro de ese ataúd sagrado que lleva a héroes reales. A través de expresiones folclóricas tradicionales, logra que incluso repitamos en voz alta esas frases cargadas de emoción. Es un lector que se mueve entre roles en una película realista: de ser un doliente en un funeral a convertirse en el mártir dentro del ataúd, y a sentir el luto de una madre desgarrada por su héroe perdido.

 

En esta colección poética, que he tenido el placer de traducir al español, Duaaa Wasfi Al-Bayatnah nos ofrece textos donde el lenguaje se convierte en una herramienta para descubrir la profundidad del alma humana. Cada poema está lleno de una notable precisión lingüítica y la capacidad de crear imágenes vívidas que transportan al lector a un espacio donde la emoción se materializa a través de las palabras. Gracias a su dominio del lenguaje poético, la autora logra superar los límites del discurso común, abriendo una ventana a un mundo donde el significado no solo se lee, sino que se vive y se siente profundamente. Con un estilo que oscila entre la contemplación y la visión, Al-Bayatnah demuestra su capacidad para fusionar la tradición poética árabe con una sensibilidad contemporánea que dialoga tanto con su herencia cultural como con el lector moderno.

La verdad es que todo lo que he escrito aquí no logra describir completamente lo que encontré y sentí al traducir esta maravillosa antología poética: emociones intensas que orbitan en torno a los versos escritos con letras de luz.

Gracias a la poeta, Duaa Wasfi Al-Bayatnah.



Introducción de la traducción por el poeta español Santiago López Navia

La poesía de Duaa Wasfi entre la guerra y la salvación

Esta magnífica selección de poemas de la poeta palestina Duaa Wasfi, que tan oportuna y acertadamente ha traducido el hispanista Mohamed Gomaa Tawfik, nos aproxima con una intensidad extraordinaria a la dialéctica entre la destrucción ciega e irreparable del ser humano que entraña la guerra y la posibilidad, siempre luminosa, de encontrar la salvación.

 

La poeta nos recuerda, una vez más, hasta qué punto la guerra es un horror injustificable, y encarna este horror en Gaza, una ciudad arrasada en la que el dolor de las madres estalla ante la muerte de los hijos a quienes intentan retener en el refugio ya inútil de sus brazos. En las palabras de Duaa Wasfi sentimos como nuestra la herida mortal de una juventud inútilmente perdida que transforma en mártir al soldado muerto a pesar de él mismo, y sentimos esa otra herida fraterna de un hambre sagrada que se trasciende a sí misma para convertirse en sacrificio legítimo. Esa tierra arrasada, sin embargo, alberga la esperanza de la paz en medio de su propia destrucción, porque al fin y al cabo la vida acaba apostándose siempre frente a nuestra puerta para llamar a ella y para recordarnos que nos espera pese a todo.

 

Pero también leemos en los versos de Duaa Wasfi la posibilidad de encontrar la salvación por el amor, gracias al arrobamiento que se siente ante la contemplación del ser amado, a quien se desea retener a toda costa, o gracias a la entrega sin reservas a la marejada de amor que ahoga en olas al amante, bien entendido que para amar a una poeta hay que saber leer en su corazón y tener la precaución de alejarse previamente para entender las lecciones de amor que imparte la distancia. Y también leemos la salvación por la certeza de la luz durante esa década a la que alude la poeta, que convoca en el deseo un periodo mayor de tiempo, y la salvación por la amistad que se siente por la amiga de la vida cuyo corazón imparte “una lección de tiempos antiguos”: la misma lección intemporal que late en estos poemas, que conviene leer sin prisa y con una entrega cordial que se aproxime todo lo posible a la misma entrega generosa y comprometida que supo alumbrarlos.



Sobre la poeta Duaa Wasfi

Duaa Wasfi Al-Bayatnah, poeta y académica palestina con nacionalidad jordana, nació en Kuwait. Obtuvo su doctorado en Literatura y Crítica Moderna por la Universidad de Jordania con honores. Ha publicado dos obras poéticas: "Icono de la última voz" (2012) y "La biblioteca de sampaguita" (2023). Su participación en numerosos festivales de poesía tanto a nivel local como en el mundo árabe ha consolidado su presencia como una de las voces literarias más destacadas de la región.

Ha trabajado como profesora en la Universidad de Jordania y en la Universidad Princesa Sumaya de Ciencia y Tecnología, y actualmente imparte clases en la Universidad de Catar. Sus poemas han captado la atención de críticos y académicos por su diversidad temática y su estructura artística. De hecho, algunas de sus obras han sido incluidas en los programas de estudios universitarios en Jordania y otros países árabes.

Duaa ha sido invitada en dos ocasiones por la Universidad de Richmond en Estados Unidos, donde impartió conferencias sobre la poesía de Mahmoud Darwish y la literatura de resistencia. Además, cuenta con artículos científicos publicados en revistas académicas revisadas por pares. También ha contribuido a las reuniones de protección del idioma árabe organizadas por la Academia de la Lengua Árabe en Jordania, y ha participado como jurado en concursos de poesía y oratoria a nivel de escuelas en el Reino Hachemita de Jordania.

Entre sus logros destacados se encuentra la colaboración con el Ministerio de Cultura jordano en la producción del documental "La pluma cuando desafía lo imposible". Asimismo, varios de sus poemas han sido musicalizados, como "llamador del silencio", compuesto y cantado por el cantante iraquí Ibrahim Salem, y "La arabidad de mi pueblo", compuesto e interpretado por Rula Al-Junaidi.

Con un estilo que combina profundidad emocional, riqueza lingüística y una voz distintiva, Duaa Wasfi Al-Bayatnah continúa inspirando a lectores y oyentes, representando una fusión única entre la tradición poética árabe y la sensibilidad contemporánea.



La antología poética de Al- Bayatnaa



1

Gaza en la hora del cielo

La hora ahora: 

el fuego arrastra el alma de sus cuerpos, 

solo las astillas se han clavado en el cuerpo de las casas.

 

La hora ahora: 

el palpitar del corazón de una niña 

todavía convence a su muerte de que no llegue pronto.

 

La madre busca, entre los corredores de sangre, los minutos y los años. 

La hora ahora: 

revive un recuerdo en la imaginación del niño 

de su casa destrozada en una noticia que la prensa retrasa con cada puñalada...

 

***

 

Eterna es la relación entre Gaza y su nombre, 

pues el mar es picadura de un pájaro que se marchita por la masacre permisible, 

cerca de las costas y las tumbas.

 

Sembrar el significado con el léxico "sonrisa" es necedad. 

La traición es una bomba, estaba en un ciclo de naranja... 

se ha incrustado profundamente en su herida desde la rama de sus hermanas

 

Pero ella es un fénix que aviva su fuego, 

es la derivación del abuso de un curso de los meteoros... 

Estos rifles son cañones, 

y la mano arroja una cadena

 

Como las redes, su locura 

crece como el asalto de una espiga.

 

 

Oh universo, esta es Gaza desde fuera del tiempo, 

antes 

Gaza en la hora del cielo.

La hora, ahora, son paredes de mi voz, un eco, 

un poema y la locura de un teléfono. 

Una ambulancia me lleva a Gaza para sanar el corazón.

 

 

Allí hay bombardeos continuos en las entrañas del alma, por la inutilidad de hablar. 

las balas movilizaron en mi oído un contador de mi alma que gritaba: 

"¡Levántate hacia Gaza, pues allí está la paz!



2

El mártir

Cuando llegó la noticia del joven

la violeta y el rocío gritaron, 

el olivo tartamudeó, 

y el limón estalló en preguntas.

En las callejas estrechas resuena un suspiro,

¿Es cierto que ha muerto o vendrá más tarde? 

para que la granada desparrame en rubí que colorea un trigo en la cara,

dibujando su mejilla.

¿Ha muerto? 

¿O se retrasó en nuestras estaciones para olvidarnos aquí?

 

La violeta y el rocío gritaron: 

Un ataúd ahí, una lágrima gira a su alrededor, 

y la madre se levanta con sus ululatos 

que se elevan hasta el Apache, no teme al rifle. 

La madre toca su herida con la flauta, 

se quema a sí misma, 

y besa la cara ensangrentada 

para acompañarle con un saludo. 

La madre grita de repente. 

Un depósito de lágrimas desgarró los corazones del aire 

Y la voz del corazón se derramó y la fortaleza se rompió por un momento: 

Querido hijo, no te vayas. 

Mírame con tu pestaña dormida

y que el tiempo vuelva a mirar de nuevo a tu muerte.

¡Vuelve!

No, no eres tú ahora, no eres ahora tú...

 

La muerte es estúpida   

cuando avanza a ciegas, 

recoge las flores. 

(¡Oh, pañuelo, vuela sobre el ataúd, me quiero lamentar! 

Déjalo que camine despacio para llorar por él, 

Todas mis lágrimas en las mezquitas aúllan.

Quiero atar mi alma al sueño de sus ojos). 

El ataúd acaricia los hombros de los hombres, 

para que los pies corran sobre la tierra como un tambor sin fin: 

Dios es Uno, Dios es uno, 

un país, un país. 

Una herida fluye del muro, del hierro, de la herrumbre. 

El ritmo de las almas tiembla con la regularidad del ataúd, 

la resonancia se derrama. 

El azúcar plateado se planta en el aire: 

una pureza que se eleva en la garganta del doliente

para convertirse en el minarete. 

El azúcar plateado enciende en el aire 

un fervor que derriba a un soldado en una tumba que no quiere un cementerio.

El ataúd avanza con confianza. 

Una medalla de flores cerca de su último escenario 

desprende un aroma,

y el polvo llora por él mismo como en Karbala.   

¿Cómo puede ocultar a un caballero de púrpura, de juventud, 

de cielo, de violeta, de rocío? 

La violeta y el rocío gritaron: 

No temas tu nueva soledad, joven, 

no, Dios no te abandonará ni te despreciará,

no, no reproches a la oruga que aquí permaneció

toda una vida para tejer tu manto verde de versos del libro, de visiones...

 

(¡Oh, Zareef Al-Toul, no te alejes de nosotros!

Tu rostro resplandece como la luz y tu mirada es un destello. 

Hoy vi las nubes y en sus ojos las lágrimas, 

fui a ver tus ojos, pero no te encontré).

 

Un vapor crece a lo lejos, 

viste la cara del mártir y su voz. 

La voz se eleva, temblando, atravesando el yo, 

y yo soy yo, 

y soy la caída libre desde lo más alto de mi cielo, enterradme en mi cielo, 

y soy el centro n la rectitud de mi cuerpo, 

y soy mi Salat, 

y yo soy yo. 

Con cada línea hacia la muerte, vivo, 

sobre el asfalto de las calles, 

sobre la geometría de las balas, 

me convierto en un artista, un profeta, un pájaro. 

No era mi intención ser como mi imagen.

No era mi intención ser un profeta, 

pero la filosofía de Dios es una verdad, 

que hizo de mi caída un acto genial.

Ramallah\ 2015


3

Prensa aérea

Despliega tus alas, fotógrafo.

Toma una foto de Gaza

desde el ángulo de la vida.

¿Era necesario que el fotógrafo muriera

para poder capturar su mar?

¿Era necesario que desapareciera

para caminar por los bordes de las nubes y robar una rosa,

o una toma, o cualquier luz o el rocío?

¡Oh, muerte! ¿Qué planeas ahora?

¿Qué quieres del fotógrafo, del cantante, del poema, de la infancia y de las tiendas?

¡Todas las entradas a las tumbas se han agotado

y ahora has renovado el viaje,

y has dejado la creación de la vida a quien almacena nuestra existencia bajo púlpitos y papeles!

2018/Amán

 

 

4

Frente a tu puerta

La vida llama frente a tu puerta.

Ábresela con el asombro dispuesto que se derrama

de tu ser.

*** 

Maestro del arte sobre la línea, 

despide las comas de tu tristeza; 

de ti, los fragmentos se convierten en espejos, 

y marzo ataca después de la desertificación

en el alma, 

plantando las rosas de los cuentos. 

*** 

La vida llama frente a tu puerta. 

Agárrala, no vuelvas atrás, 

porque lo que está adelante está a bordo de un barco.

Prende los fuegos con ese pasado.

**** 

Las comas de la tristeza giran en tu cabeza. 

Pon un punto en la ruptura de la imaginación, 

y vuela con la mañana hacia el significado de tu ser, 

porque en breve

la vida llamará frente a tu puerta...

 

Amán \ 2018



5

El hambre sagrada

(A los prisioneros palestinos que beben agua y sal en huelga de hambre por la libertad)


La edad de los minutos en las cárceles es perpetua,

y el agua se endurece con el aire, convirtiéndose en piedra.

El polvo de una tumba se asienta en un reloj.

Las agujas y el tiempo se detienen, perplejos.

Una celda, un terremoto de sal en su longitud.

La sal es un mar que se evapora bajo los soles;

se fue hacia las nubes del cielo, buscando,

en su explosión un diluvio de madrugada en el hierro


¡Ay, cuaderno del hambre sagrada, cuéntanos

cómo la prisión de Yusuf se alzó y navegó,

cómo la distancia en la distancia se desvanece

hasta que el amanecer se convierte en un sueño más grande.

Cosechaste tus lágrimas en los párpados como un mapa,

y sigues dibujando océanos en la imaginación.

Levantaste una ley desde la sed de la certeza.

¿De qué barro viniste para liberarte?

Te dejaron solo en lo profundo de la oscuridad,

pero tu estrella en la noche creció y brilló.

Abriste una ventana con tu espíritu en lo alto

Para ver con tu sal florecer el mar de Jaffa.

El universo entero ante ti se inclina,

y el amanecer rodeó de luz tu alma sagrada.

Caminas y caminas en tu soledad, atrayendo

una rama que se vuelve verde con la fuente de tu hambre.

La rama eres tú, y tú eres una rama oculta,

y las cadenas se rompieron por la ira de las ramas.

 

Amán \ 2017



6

Lógica de un amante 

¡Oh, la maravilla de la poesía interminable!

Extiende las viñas de tus trenzas y derrama

un himno que brilla con un ansiado verano,

donde florece la melodía de un amanecer embriagador.

¡Oh, mi anhelo!

¡Oh, mi amada,

aquella a quien saludan los halcones con su gentileza!

Devuelve el saludo en igual medida o con el doble,

y arroja tu coquetería en los rincones de mi corazón

para que no tropiece el pálpito si no lo haces.

Por Dios, estoy en éxtasis, absorto en ti.

¡Ten piedad de un muerto que ante ti sufre en silencio!

¡Oh, niña llena de encanto,

que me devolvió mi alma atrapada!

Difunde con tu paso un manantial

que apague el cielo sumergido,

rostro contra rostro, ¡oh luna!

Pero tu toque se desvanece,

y veo que planeas huir

mientras hay un ahogo dentro de mí,

como una letra en los labios de las gitanas.

La negación de tu amor es una aguja

que no lee el corazón enfermo.

Quédate conmigo,

pues mi curación es un guiño

que cae desde la mejilla del crepúsculo…

Quédate aquí,

como una fragancia que silba improvisadamente,

respondiendo al susurro de las sombras,

porque tu ser y yo somos un peligro,

y el enamoramiento desconfía de las cautelas.



7

La Certeza de la Luz

Si las espadas de un alma me miran,         

serán los párpados el refugio de mi ser.

Y si las tormentas rugen cerca de mi sombra,         

el silencio volverá a ti, como un contraataque.

Tarareo cada herida sobre herida,

          Para mi alma fui sol, fui fuego.

Observo su inclinación y llamo,

         ¡Puede aumentar y crecer ahora en desafío!

De la balada y del zéjel de las llanuras,

          la herida se convierte en ríos y rutina.

No hay nada tras de mí ahora,

          salvo que frente a mí fui un rival.

Y sé que mi rostro es la sombra de mi rostro,

         si las serpientes del universo despojan su piel.

Me observa la ilusión para verla,

          ¿Y este espejismo se convierte en apoyo?

Suspendí la noche, disipé cada estrella,

          y permanezco en la certeza de la luz una década.

 


8

A mi amiga de la vida (Saita Al-Azba)

Oh, hija del desierto de las llanuras.

Oh, corceles del cardamomo, susurro del clavel.

Oh, paz de Dios con el viento del céfiro.

Oh, nombre de almizcle que se ha condensado y regado.

***                                        

Ella es una mezquita si mi corazón se extravía.

Ella se convierte en una mañana, se convierte en una eternidad.

Ella es más elevada que las llamas de la luz,

más fresca que los espejos del alba.

***                                        

Cuando camina

el sol se retira en disculpas.

Cuando se acerca

la flor empieza a llover.

***                                        

Su corazón es una lección de tiempos antiguos,

una gema que supera al ágata,

y un azúcar que permanece y pregunta:

¿Cómo puedes ser dulce sin esfuerzo?

¡Oh, hermana del agua de rosas!  ¡oh, alma amiga!

Eres certeza y convicción, y por eso eres Saita.

¿De dónde viene la fiesta? ¿De dónde viene la frescura?

De su espíritu,

de mil baladas que se cantan en su nombre

o en su retrato,

en el kohl,

en la noche sagrada, en los ojos y sus pestañas.

***                                        

Dime, por Dios, ¿cómo puede el silencio ser una voz?

¿Cómo puede la flor derramarse en rosas?

¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible?

¡Oh, respuesta antes de que llegue la pregunta!

¡Oh, paz antes de que se proyecten las sombras!

¡Oh, buenos días cuando el amanecer se refleja en su rostro!

El verano se siente cómodo si encontró el día en su espíritu.

Gloria a Aquel que hizo que las estrellas siguieran su paso.

Tus palmas seguirán siendo sombra para los capiteles,

y tu pálpito persistirá sobre mi corazón, oh amiga.

Eres certeza y convicción, y por eso eres Saita.

Doha \ 2022

 


9

Llamador del Silencio

Si tus ojos tocan la puerta de mi alma,              

el corazón responde en silencio con un saludo.

Y si el silencio es poca pasión,            

la respuesta se convierte en poesía como un imam.

Mi respuesta es verte al borde de los ojos,            

porque tu rostro me priva del sueño,

y tu voz, si me llega desde lejos,

             hace que todo mi pulso se despierte en mí.

La marejada del amor me ahoga en olas;\

             entonces, dime: ¿cómo comienzo a hablar?

Después de la marea, nos atrapan los mares,

            y cada inicio es en realidad un final.

Soy un enamoramiento que se disuelve sin llamar, 

           así que deja que mi silencio te hable de amor.

Tus ojos por sí solos son miel que canta,

            y mi poesía puede ser su medalla.

Amán / 2016 

 


10

Una declaración femenina

No reprimas a los granados si florecen en mis mejillas 

ni la inundación que salta desde las colinas.

No limpies el kohl escondido en las pestañas,

casi se desvanecen los antílopes.

No prives a la rosa de sus sacudidas,

de su fragancia en las fantasías de la juventud.

La voz es un uvero añejado en la compresión de la flor.

Dime, ¿temes al canto?

                                          ***

Estoy aquí, en la pupila de las miradas, un espectro

sagrado al que se rinde el mundo,

y los mares levantan velas hacia él.

                                          ***

Déjame, como quiso el dios, un poema,

una estación otoñal

que recita, se ríe, y luego empieza a llorar.

No, no le digas al sol que sea una nube.

Sé una marioneta.

No molestes al cascabel en esta nada.

No te acerques a mi templo espiritual.

Silencio mariano en mi interior,

y el gran coro lo repito en visiones.

                                          ***

Lee por mi corazón

mi espacio: miel, uveros, puerta de una galaxia,

un mar, granados e inscripción de un obelisco.

Así que aléjate para ver

cuánta distancia y el jardín que subyace,

antes de que vengas a amar a una poeta.

Amán \ 2019

 

 

___________________________

Don. Mohamed Gomaa Tawfik

Fundador y Editor en jefe

Hispanista egipcio, traductor de español y asesor cultural.

Ensayista de asuntos culturales hispánicos.

  

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